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I want to break free, Queen y lo que significa la "libertad" en Derecho Internacional Privado

I want to break free, Queen y lo que significa la "libertad" en Derecho Internacional Privado

Nota Millennium: la presente entrada corresponde a una de las actividades que desarrollamos en Redes sociales, se titula #viernesconcanción. Te invitamos a seguirla todos los viernes en nuestro FB y Tuiter

v. vídeo aquí 

El tema de esta mítica canción, podría traducirse como "Quiero liberarme". Obra de QUEEN, una de las bandas de rock más famosas de todos los tiempos; y, asimismo, interpretada por una de las voces más geniales que jamás haya dado la música: Freddy Mercury.

Ciertamente, el videoclip es variopinto en su contenido: la recreación de una escena de Coronation Street, a la cual le sigue una instantánea del Royal Ballet de Londres. Y, en medio del escenario, el propio artista, quien, en primer lugar, interpreta a la mítica “señora de la limpieza”; y, en segundo término, muestra la imagen a la cual el cantante nos tenía acostumbrados en sus actuaciones. Parece una reivindicación a la libertad, una parodia frente al conservadurismo imperante. En tales condiciones, cabría entender el título del tema.

En todo caso, un repaso a la vida del genio permitirá entender que la libertad es (y ha sido), no solo una nota presente en todos y cada uno de los aspectos vitales del mismo, sino uno de los fundamentos del DIPr. de la UE.

En efecto, Farrokh Bulsara, más conocido como Freddy Mercury, nació en 1946 en Stone Town (Zanzíbar), en el seno de una familia de ascendencia persa. Antigua colonia de uno de los imperios más poderosos que jamás haya conocido la humanidad, a saber, el Imperio británico. Asimismo, parte importante de su infancia y educación transcurrió en Bombay. Ulteriormente, y a resultas de una revolución acontecida en su país natal, se trasladó a Middlessex (UK). Tierra donde, definitivamente, se asentaría, y vería el nacimiento del mito del Rock.

En lo que interesa a los amantes de las ciencias inteprivatisticas las lecciones que aporta son harto evidentes. Por un lado, su ascendencia persa, a pesar de ser un súbdito británico; lo cual, a su vez, portaría consigo ese CONFLICTO CULTURAL latente. Por otro lado, la movilidad hacia otras naciones, en busca de una prosperidad, seguridad y bienestar. En suma, situaciones personales que representan el “pan de cada día” en este mundo globalizado de hoy.

Es decir, desde expatriados españoles que emigran a países como Alemania o UK, pasando por inmigrantes que en el marco de su proceso de integración llevan todavía consigo parte de su idiosincracia cultural-identitaria, hasta las “reacciones nacionales” de los estados frente a los fenómenos anteriormente descritos.

En lo que respecta a estas últimas, puestas de manifiesto mediante el establecimiento de BARRERAS a los flujos de personas, empresas y capitales. Todo ello por mor a una pretendida defensa y protección de unos determinados intereses nacionales. O dicho en otros términos: la protección de dichos “egoísmos nacionales” en detrimento de las libertades individuales.

Unos egoísmos nacionales que, dicho sea de paso, se han revelado más teóricos (cuando no infundados) que reales. Toda vez que el ser humano jamás ha conocido mayores cotas de libertad. En este sentido, y valga a título de ejemplo, cualquier ciudadano de la UE puede desplazarse de un país a otro sin necesidad de un visado; disfrutar de una estancia corta o ejercer la libertad deambulatoria sin temor a las limitaciones que antaño solían imponer las autoridades del país anfitrión etc. Todo ello no hubiera sido posible sin la práctica desaparición de todas y cada una de las barreras y fronteras existentes a la sazón. Por otra parte, y como corolario de lo anterior, se han alcanzado unos niveles de prosperidad y bienestar nunca vistos. Con lo cual, tal y como se ha adelantado, los pretendidos “temores nacionales” han devenido de todo punto irreales.

En este contexto debe entenderse la principal virtud de la libertad. En tales circunstancias, cabe extraer el espíritu que late en “I want to break free”, esto es, QUIERO LIBERARME.
Porque una libertad desprovista de los condicionantes que la hacen posible es como un artesano privado de sus manos.

Así, remover los obstáculos que dificultan o/y imposibilitan el ejercicio de las libertades individuales en el marco de un espacio sin fronteras, o dicho de otro modo, establecer las condiciones idóneas para que la libertad pueda manifestarse en su sentido más genuino, constituye una de las misiones del DIPr cuando no su objetivo último.

Pues, la internacionalidad tal cual la conocemos, difícilmente hubiera sido posible en un mundo gobernado por el proteccionismo económico más decimonónico; nacionalista en lo judicial; y en el cual la autonomía de la voluntad del individuo, así como sus otros derechos y libertades, representaran una entelequia.

Fuente Foto: Bitácora de Queen 

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