Primera sesión de las II Jornadas prácticas #MillenniumDIPr con profesionales

Esta semana ha tenido lugar la primera sesión de las II Jornadas prácticas #MillenniumDIPr con profesionales. Nos visitaban dos estudiantes del segundo año del Máster de Abogacía: D. Albel Vallejo y Dña. Andrea Delpón. La conferencia titulada “Any tech can be legaltech” se presentó en una sesión el pasado 9 de abril. Los ponentes se centraron en la aplicación de las nuevas tecnologías al mundo del derecho en general, y a la abogacía, en particular.

Los asistentes a la sesión pudieron conocer la aplicación “ICARD”, a la que se accede con un código QR, donde el abogado puede personalizar su perfil profesional incluyendo una gran diversidad de links en la “link store”. Éstos conducen al cliente a su What´s up, a su Spotify, a su dirección postal y a otras muchas páginas web de interés. El perfil se puede traducir a cualquier idioma, lo cual es muy importante en el caso de que el cliente sea extranjero y no hable español. Además, en la descripción de su perfil, el profesional puede incluir frases que lo caracterizan, su horario de trabajo o, incluso, los días de vacaciones. Esto es, para que el cliente sepa cuándo puede contactarlo. Esta herramienta acerca la relación entre el profesional y el cliente, facilitando la comunicación entre ambos.

El gran avance en la tecnología aplicada a la abogacía es que es posible almacenar todos los archivos en microchips durante diez años. Así, se eliminan los archivos físicos y se evita traspapelar documentación. Esto es fundamental, porque el abogado puede enviar archivos desde el móvil sin necesidad de acudir a su despacho profesional para buscar información que se le había olvidado. Sobre todo, cobra relevancia en asuntos de extranjería, donde el profesional maneja una gran cantidad de documentación.

Lo más sorprendente es que el uso de estas tecnologías no supone una merma de la protección de datos de los clientes. Hemos de tener en cuenta que el principio rector de toda inteligencia artificial es la privacidad. Por tanto, no todo el mundo que escanea un documento almacenado en un microchip tiene acceso a él. Existen unos controles de privacidad a este respecto. Al publicitar la profesión, se tiene muy presente el secreto profesional, vinculado a la protección de los derechos de la personalidad, exigido por la deontología de la abogacía.

La conferencia concluyó con una ronda de preguntas y respuestas donde los ponentes respondieron a algunas cuestiones muy interesantes que formularon los asistentes. Destaca su alusión a que la inteligencia artificial en ningún caso puede reemplazar a la inteligencia natural. Es decir, detrás de toda inteligencia artificial ha de existir una inteligencia natural. La audiencia salió de la conferencia con una mayor comprensión de la incidencia y del encaje de la tecnología en el plano jurídico.